Armar una computadora de calidad para gaming no es tan simple como adquirir la CPU o GPU más costosa. Una configuración integral y equilibrada del hardware es fundamental para una experiencia del usuario ideal.
Una computadora “equilibrada” es una en la que el hardware está equipado para las cargas de trabajo que va a manejar el equipo, como gaming, y se debe diseñar con el fin de evitar los “cuellos de botella”. Con una computadora correctamente equilibrada, los componentes lograrán el nivel de desempeño para el que fueron diseñados, sin que ningún componente (o conjunto de componentes) se utilice en exceso o de manera insuficiente en una medida desproporcionada. Esto conlleva una mejor experiencia de juego y una mejor experiencia de usuario en general.
Todas las computadoras deben estar equilibradas de manera adecuada, pero nos vamos a centrar principalmente en el hardware de un sistema diseñado para gaming. Muchas de las recomendaciones se aplican a otros sistemas también.
¿Qué es un cuello de botella de una computadora?
En el contexto de una computadora, un cuello de botella se refiere a un elemento que limita el potencial de otro hardware debido a las diferencias en las capacidades máximas de los dos componentes.
Un cuello de botella no se debe necesariamente a la calidad o la antigüedad de los componentes, sino a su desempeño. Los cuellos de botella no son exclusivos de los sistemas de alta gama; el equilibrio es igualmente importante en sistemas con más hardware básico.
Encontrar una CPU y una GPU compatibles
Los cuellos de botella no son exclusivos de la CPU y la GPU, pero la interacción entre estos dos componentes ejemplifica la forma en que un cuello de botella puede afectar un sistema.
La unidad de procesamiento central (CPU) es responsable de las operaciones de cálculo como la física, el audio, netcode, los datos de posición e innumerables otros sistemas en los juegos para computadoras modernos. También envía instrucciones de procesamiento a la unidad de procesamiento de gráficos (GPU).
Estas instrucciones de la CPU contienen todo lo que necesita la GPU para saber qué procesar, incluso sombreadores, texturas y otros datos visuales. Luego, son ejecutadas por la GPU, lo que da como resultado la imagen que aparece en la pantalla. Si la GPU procesa estas instrucciones más rápido que la velocidad con la que la CPU puede proporcionarlas, la GPU permanece inactiva hasta que el siguiente conjunto de instrucciones esté listo.
Esto significa que la GPU no está funcionando con el máximo desempeño y esto se puede traducir en que se procesa un menor número de cuadros por segundo. En este tipo de cuello de botella, el nivel de rendimiento de la GPU se ve restringido por las limitaciones de la CPU.
Lo mismo puede suceder en el sentido opuesto. Si una CPU potente envía instrucciones a la GPU más rápido de lo que la GPU puede renderizar, las capacidades de la CPU están siendo limitadas por las velocidades más lentas de la GPU. El sistema funciona mejor con una CPU y una GPU que se parecen más en la capacidad de desempeño.
Pero, como ya hemos dicho, casi cualquier hardware puede contribuir a un cuello de botella, no solo la CPU y la GPU. Idealmente, el hardware del sistema funciona lo más cerca posible del máximo desempeño y un eslabón de la cadena de hardware no afecta de manera negativa a los demás.
Diseñar una PC para gaming equilibrada
Cuando planifiques el armado de un nuevo equipo, no solo consideres los tipos de juegos que usas y sus requisitos de hardware, también ten en cuenta la forma en que cada pieza de hardware puede afectar a las demás.
CPU
Aunque los juegos se optimizan de formas muy diferentes, y algunos son más dependientes de la CPU que otros, un procesador de alto rendimiento es esencial para disfrutar de una experiencia de juego óptima, y es el mejor punto de partida cuando se planifica un nuevo diseño. Las necesidades de hardware de alguien que juega a juegos que exigen una potente CPU mientras lo retransmiten en video serán diferente a alguien que juega a menos juegos exigentes en cuanto a hardware. Piensa qué se ajusta mejor a la forma en que utilizas tu PC.
Después de elegir la CPU correcta para el sistema, debes considerar la GPU con la que planeas combinarla, a fin de lograr una estructura equilibrada.
GPU
Al igual que con la CPU, elegir la GPU adecuada dependerá de los juegos que uses y la forma en que planeas usar el sistema.
La mayoría de los juegos de computadora ofrecen amplias opciones de gráficos que te permiten personalizar la experiencia. A menudo, esto significa que puedes experimentar juegos más recientes con una GPU más antigua o básica, aunque el desempeño se puede ver un poco afectado y puede haber un impacto en el aspecto y percepción general de la experiencia.
Si las resoluciones más altas son una prioridad, una GPU de gama alta probablemente sea la opción que mejor se adapte. Si es suficiente con el gaming de 1080p, tus opciones se abren considerablemente.
A fin de garantizar un equilibrio en el diseño, la CPU y la GPU no deberían ser simplemente compatibles, deben ser complementarias. El procesador Intel® Core™ i5 más reciente es una CPU básica excelente, pero su sistema no se equilibrará adecuadamente si se empareja con una GPU GeForce* RTX 3090. Del mismo modo, el procesador Intel® Core™ i9 para videojuegos más reciente es una excelente opción para una potente CPU gaming, pero al emparejarse con una GPU de nivel básico, el máximo potencial de la CPU estará innecesariamente limitado.
La CPU y la GPU trabajan estrechamente en una computadora para gaming y, como tal, es mejor no priorizar una a costa de la otra. Ambas deben permitir que la otra funcione al mayor nivel de desempeño posible.
RAM
La memoria RAM habitualmente no es un cuello de botella en gaming, a menos que no tengas suficiente. Para la mayoría de los juegos modernos, 8 GB de RAM es una buena referencia, aunque 16 GB se está convirtiendo rápidamente en el estándar. También depende de cómo utilices la computadora; si solo estás jugando, necesitas menos memoria RAM que si además estuvieras chateando en Discord o transmites un video mientras juegas.
En general, cuando se trata de gaming, la velocidad es menos importante que la cantidad. Nuevamente, la idea es el equilibrio, de manera que 16 GB de memoria RAM muy lenta no es ideal. Sin embargo, siempre que adquieras una memoria moderna, 16 GB de memoria RAM DDR4, por lo general, son preferibles a 8 GB de DDR4 con una velocidad levemente más alta.
Puedes leer más sobre la selección de la RAM adecuada aquí.
SSD/HDD
El almacenamiento puede generar un cuello de botella en el desempeño de gaming, así como en la experiencia del usuario general del sistema. No necesariamente afecta la configuración de gráficos, pero, si usas una versión más antigua de disco duro (HDD), por ejemplo, puedes encontrarte con tiempos de carga más largos o partes entrecortadas a medida que el juego se carga.
La solución más sencilla es actualizar a una unidad de estado sólido (SSD), que permite un acceso a datos significativamente más rápido que un HDD tradicional.
Más información sobre cómo el almacenamiento puede afectar al gaming.
Pantalla
La pantalla también puede actuar como un cuello de botella. No podrás sacar el máximo provecho del hardware de juegos más reciente si usas una pantalla de 60 Hz y 1080p.
Si busca mayores tasas de fotogramas o resoluciones, querrás asegurarte de invertir en una pantalla que pueda mostrar adecuadamente estas características como muestra y una combinación de CPU y GPU equilibrada que pueda hacerlas en modo adecuado.
Otro hardware
Aunque la CPU, la GPU, la memoria RAM, el almacenamiento y la pantalla tienen un efecto más sustancial en el desempeño para gaming, también se deben considerar otros componentes para un armado equilibrado.
La fuente de alimentación puede no afectar directamente las frecuencias de fotogramas, pero un PSU que no se empareje aún puede poner en riesgo riesgo a la longevidad de su sistema.
Una placa base probablemente no afecte a la experiencia de juego, pero puede limitar las opciones de hardware, dificultar las actualizaciones futuras y afectar a la calidad de las características como la conectividad de red y el sonido.
Cada pieza de hardware debe considerarse en el contexto de cómo funciona con el resto del sistema y debe ayudar a cultivar una experiencia más equilibrada.
Cómo equilibrar tu configuración
Una de las ventajas de una computadora preconfigurada es que habitualmente habrá sido diseñada de manera equilibrada. Sin embargo, si vas a armar o actualizar tu propio sistema, debes adquirir hardware que no solo sea compatible, sino también complementario desde la perspectiva del desempeño.
Considera la mejor forma de distribuir tu presupuesto. Deseas componentes de la mejor calidad, pero también debes priorizar para satisfacer tus necesidades. Por ejemplo, si deseas una experiencia con mayor resolución, es ideal organizar el presupuesto para que se ajuste una pantalla de mayor resolución y una tarjeta gráfica de alta gama. Si te apasionan los juegos de acción de ritmo rápido como Call of Duty: Warzone o Valorant, deberás dar prioridad a una mayor frecuencia de fotogramas con la CPU para gaming adecuada y una pantalla con una mayor frecuencia de actualización.
Encontrar el equilibrio adecuado para tu PC
Aquello que puedas querer de un ordenador gaming puede variar, pero sea el que sea el hardware que selecciones, asegurarte de que está adecuadamente equilibrado te dará una mejor experiencia. Cuando armes tu computadora, ten en cuenta que posteriormente siempre la puedes actualizar. Es preferible tener un modelo equilibrado que puedes actualizar en lugar de un componente muy potente en un sistema que en otros aspectos se queda rezagado.
Un modelo equilibrado va más allá de garantizar una mejor experiencia de gaming. Se trata de crear un sistema que logre el máximo desempeño, independientemente de la forma en que lo utilices. Ya sea que estés jugando o creando, priorizar un hardware equilibrado dará como resultado una mejor experiencia en todo.